Al igual que las bombas atómicas y la pólvora revolucionaron la guerra en el pasado, los analistas creen que la inteligencia artificial (IA) tiene el potencial de hacer lo mismo, cambiando los encuentros en los campos de batalla de formas que antes eran impensables y considerablemente más mortíferas.
La forma en que esta tecnología se está incorporando al material militar, los automóviles y los programas informáticos ha cambiado los campos de batalla en conflictos como el de Ucrania y podría alterar la rivalidad entre China y Estados Unidos por el dominio de la economía mundial.
Debido a esto, los políticos, entre ellos el presidente ruso, Vladímir Putin, intentan utilizar la inteligencia artificial en los futuros campos de batalla mientras se reúnen para establecer una normativa común en torno a su desarrollo.
Vladímir Putin declaró en una reciente conferencia sobre IA que no se debería permitir que Occidente monopolizara la IA y que él impulsaría un ambicioso plan para que rusia pueda desarrollar sus tecnologías de IA.
Putin declaró en la conferencia Artificial Intelligence Journey que “en un futuro muy próximo se firmará un decreto presidencial, como uno de los primeros pasos, y se aprobará una nueva versión de la estrategia nacional para el desarrollo de la inteligencia artificial (IA)”.
La competencia entre Microsoft, Google y Amazon para llevar la IA más avanzada a las masas se ha comparado con una carrera armamentística nuclear, incluso cuando se está desarrollando una verdadera carrera armamentística de IA entre Estados Unidos y China.
Las principales empresas militares estadounidenses, como Raytheon, General Dynamics y Lockheed Martin, trabajan en la creación de tecnología de IA para su uso en la guerra.
Shield AI, con sede en San Diego, es otra empresa que desarrolla IA de combate; recientemente apareció en el documental de Netflix Unknown: Robots asesinos.